Finalmente hoy fui a ver Alicia en el país de las Maravillas de Tim Burton.
Desde luego, no soy ninguna crítica o experta en cine, pero me gustaría dar a conocer mi opinión respecto a esta película.
Tim Burton, como director, nos tiene acostumbrados a películas de cierta manera oscuras, excéntricas y repletas de humor negro, pero de un tiempo para acá se han vuelto cada vez más infantiles, con seguridad debido a que la gran corporación del ratón Miguelito, alias Disney, frena su creatividad. Alicia en el País de las Maravillas es más Disney que Burton.
Desde que fue anunciada, se esperaba que fuera una versión oscura de Alicia, sobre todo si pensamos que la gran inspiración para hacer esta película fue la versión de Alice de Jan Svankmajer, de la cual ya les he hablado.
Sin duda fue decepcionante encontrarme con una versión de Alicia aniñada y sin la profundidad y complejidad matemática que Lewis Carroll pretendió darle en el libro.
No es nada cercana a la macabra y hasta incomprendida película de arte de Svanmajer, sino por el contrario, es una versión (extremadamente) libre y para niños.
Desde luego, ¿qué más podía esperarse de Disney?
La historia, supuestamente, es una continuación a las aventuras de Alicia, en las que vemos a una chica de casi 20 años que está a punto de comprometerse en matrimonio y que está contra todo lo establecido. Una chica a la que no le gusta que le digan qué hacer y prefiere tomar sus propias decisiones.
El mensaje de la película es sencillo y te lo repiten hasta el cansancio: sé tu mismo.
Nada del otro mundo.
La actuación de Johnny Deep, como siempre, es buena y concuerda con la excentricidad de su personaje, pero el protagonismo que le dieron al Sombrerero Loco es absurda, innecesaria; en tanto la actuación de Ann Hathaway como la Reina Blanca dejó mucho qué desear. No se compara en lo más mínimo a sus actuaciones en otras películas, tales como El Diario de la Princesa o El Diablo Viste a la Moda.
Por el contrario, si hay algo qué aplaudir, es la animación. Limpia, realista, magnífica sin duda, pero opacada por una historia vacía y falta de creatividad.
El diseño de los personajes animados y los escenarios es simplemente maravilloso y verlos en 3D es la única manera de apreciarlos a la perfección. Sin duda, adoré el increíble diseño del Gato Cheshire.
La música, es predecible y tampoco es el estilo al que Danny Elfman nos tiene bien acostumbrados, y ni hablar de Avril Lavigne. No hablaré de ella, simplemente porque no me gusta y pretendo ser objetiva.
Lo que definitivamente no me gustó fue el baile de no-sé-qué del Sombrero al final de la película. Fue completamente tonto e indignante. Terminó de arruinarla.
No acostumbro calificar las películas que veo, pero si he de calificar ésta, le doy un 6/10.
No es mala, si se le mira, no como Alicia en el país de las Maravillas, sino como una historia para niños a parte; pero tampoco es tan buena y son sólo los pequeños detalles los que salvan a esta película.
Es posible que esté siendo un poco/mucho muy caritativa con la calificación para esta película, pero es porque la vi a sabiendas de que no iría a ver una obra Burtoniana, sino una película más de Disney.
Conclusión: Véanla como lo que es: una película para niños. Omitan el baile de no-sé-qué cuando la recuerden y disfruten de una tarde de cine palomero.
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