Hace poco pude ver la nueva película de Mamoru Hosoda: Summer Wars. Esta fue estrenada en agosto de 2009 y desde entonces ha estado recibiendo buenas críticas. El último largometraje que vi de este director fue The Girl Who Leapt Through Time (Toki wo Kakeru Shoujo); esta película tiene muchos méritos y personalmente me pareció genial. Ahora que gran parte del equipo de producción se ha reunido para hacer una nueva cinta, ¿han logrado mantener la calidad? En mi humilde opinión: si. Summer Wars es una de las mejores películas de este año.
Este anime comienza con una fórmula bastante conocida: un chico, Kenji Koiso (aparentemente perdedor y extremadamente bueno en matemáticas), por alguna razón del destino termina viajando con una chica, Natsuki Shinohara (una de las más bonitas del colegio). En este caso, ambos van a la casa de la abuela de Natsuki para celebrar su cumpleaños número 90. En la casa, toda la familia se está reuniendo por la celebración, así que hay un gran número de personajes, cada uno con sus propias características. Todos tienen una sensación de orgullo por la historia familiar y es eso, principalmente, lo que los une.
La fórmula básica funciona. En un inicio, la relación entre ambos chicos es una mentira y uno puede asumir que a lo largo de la película se va a ir generando una unión más real o algo por el estilo. No voy a entrar en mayor detalle sobre esto para no arruinar la sorpresa. Pero por suerte, Summer Wars es mucho más que un típico anime de “viaje a la casa de verano”. La película funciona principalmente en dos mundos distintos: el mundo real y el mundo de OZ.
El mundo de OZ es una especie de súper-red social de internet: miles de usuarios, muchas opciones e incluso tiene relación con los gobiernos del mundo, sistemas de manejo urbano, etc. Toda esta realidad es mostrada de un modo muy gráfico, porque evidentemente ver una pantalla de computadora por dos horas no habría sido lo más emocionante del mundo.
Lo interesante sucede cuando ambas realidades empiezan a relacionarse entre sí. En la primera noche que Kenji se queda en la casa de la abuela de Natsuki, recibe un mensaje de texto codificado… y como todo buen matemático con tiempo libre, intenta resolverlo. Lo que él no sabe es que este código es la clave de ingreso para el sistema de OZ. Es en este momento cuando la trama se pone interesante. Un usuario no identificado utiliza el código para tomar el control de toda la red y pone a todo el mundo en peligro, literalmente.
Probablemente, muchas personas pueden decir “¡Oh! ¡Qué innovador! ¡Eso de los internets influenciando al mundo real nunca se ha visto!”, pero la verdad… es que eso es mentira, ya se ha visto antes. El tema de la interacción del mundo “real” con un mundo “ficticio”, por decirlo de algún modo, se ha trabajado muchas veces y de modos muy variados, por ejemplo en Ghost in the Shell, Matrix… o incluso Digimon.
Lo interesante radica en el modo en el que la película plantea el tema. Todo se trata de un modo muy real, hasta llega a sentirse posible la situación. Se genera una especie de mirada crítica a cómo el mundo y la internet realmente se han integrado y se ha generado una relación de dependencia entre sí. Cada personaje adquiere una postura distinta frente a la situación. Evidentemente, los más jóvenes están más consientes de lo que puede llegar a suceder, mientras que los adultos (especialmente las mujeres de la familia) tienen una sensación de incredulidad o incluso llegan a ignorar el tema por completo.
Es también en este momento cuando el personaje de la abuela que va a cumplir 90 años, Sakae, brilla. En los momentos de dificultad, trata de organizar las cosas “a la antigua” y demuestra un carácter y una convicción formidable. A lo largo de la película, la abuela es el elemento que organiza las situaciones. No necesariamente tiene que hacerlo explícitamente, su presencia siempre está indicada y es lo que permite que la trama avance.
El uso de los personajes me parece pertinente. Cuando la película está comenzando y se introduce a todos los miembros de la familia, me preocupé un poco porque no sabía cómo rayos iban a desarrollar a todos los personajes en dos horas. Por suerte, en muchos casos son tratados como “miembros del colectivo”, eso ahorra tener que desarrollarlos uno por uno.
Tengo que destacar específicamente el trabajo de Yoshiyuki Sadamoto en el “mundo real” de Summer Wars. Creo que él no necesita introducción, es la persona encargada de los diseños de los personajes. Sus trabajos previos hablan por él: The Girl Who Leapt Through Time, Neon Genesis Evangelion, FLCL, etc. En el caso de Summer Wars, logra que cada personaje de la familia tenga su propio look, y créanme… son varios personajes. El diseño expresa perfectamente la actitud de cada uno y ayuda mucho a definirlos.
Cuando vi el mundo de OZ por primera vez, no pude dejar de relacionarlo con un trabajo previo de Hosoda: Digimon Adventure: Bokura no War Game. El estilo es muy similar, pero se puede notar una madurez en su visión de este mundo paralelo. Para lograr esto, se necesitó de la admirable labor de Masaru Hamada, Mina Okazaki y Yoshio Okazaki para el diseño de los personajes. Este mundo es extremadamente variado y complejo; con esto logran generar una sensación completamente distinta a la del “mundo real”. Los estilos contrastan claramente sin perder la unidad de la cinta.
La animación es producida por Madhouse y es perfectamente fluida. Es en el mundo de OZ donde esta se tiene una libertad completa y logra momentos inolvidables. En el mundo real, la calidad no disminuye, especialmente en el tema de los ambientes se nota una preocupación excepcional por el detalle. Para mantener a este mundo lo más “real posible”, frecuentemente se hace referencia a elementos existentes en la realidad, como el iPhone, el Nintendo DS, computadoras Dell, televisores Sony e incluso a mobiliario famoso como el “Gran Confort” de Le Corbusier. No sé si estas empresas habrán pagado para aparecer en la película, pero realmente esto no llega a molestar en ningún momento. (No como en Los Simpson, por ejemplo… con esos episodios de Apple, o en Evangelion con esas bolsas de Doritos… o en Code Geass con las cajas de Pizza Hut por todos lados…).
La música es bastante buena, fue compuesta por Akihiko Matsumoto. Hay algunas tonadas memorables y en general logra un buen trabajo. La calidad del sonido es adecuada, realmente no tengo mucho que criticar, pero tampoco mucho que resaltar.
Me da gusto que de vez en cuando aparezcan películas de anime como esta que francamente tienen una trama clara y no intentan complicarla por las puras para parecer más interesantes de lo que son. No digo que las películas con tramas complejas sean malas, pero a veces uno no necesita complejizar elementos hasta el infinito para poder lograr profundidad en los temas.
Del mismo modo, me agrada que aún exista gente que logre generar momentos de comedia sin la necesidad de estar forzándola. Los momentos graciosos fluyen naturalmente y no se recurre a elementos estereotipados como gente gritando o personas resbalándose sin razón, bueno, ya saben a qué me refiero. Lo que quiero decir es que esta película, a simple vista puede ser considerada como una película divertida con una trama buena y ya, pero si uno presta atención puede encontrar muchos elementos para analizar y un punto de vista específico del director para representar la realidad.
Summer Wars es una película con muchas virtudes y muy pocos defectos, creo que Mamoru Hosoda y su equipo han logrado una película excelente que cuando sea más conocida será reconocida ampliamente por los otakus y espero que por el público en general. Este director se ha ganado mi respeto y estaré pendiente de sus próximos trabajos. Recomiendo esta cinta ampliamente.
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