Review: Bakemonogatari

Últimamente, me he estado quejando de muchas cosas: Naruto, Bleach, Haruhi, el Wii, etc… y en la vida real me he quejado de muchas cosas más. Por eso, quiero dejar un poco de lado tanto odio y escribir sobre algo que… si me alegra y celebro.

Bakemonogatari es un anime que se empezó a emitir en julio de 2009. En mi opinión, es uno de los mejores animes que han salido en los últimos años. Realmente, no había visto nada que me emocionara desde Tengen Toppa Gurren Lagann, pero Bakemonogatari me devolvió las ganas de ver anime (no solo como una costumbre que ya tengo). Debo empezar el review afirmando que esta serie no es para todos, es experimental en muchos sentidos y esto puede alejar a muchos televidentes.

Mi historia con Bakemonogatari es interesante, porque cuando leí el nombre me dije: “No la voy a ver… tiene un nombre que no me llama la atención y francamente suena muy común.” Yo no sé mucho japonés, así que espero que me disculpen si la traducción del título no es exacta.

El nombre es un juego de palabras japonesas:

• “Bakemono”: Un tipo de monstruo. Normalmente se le traduce como “fantasma” o “cosa que cambia”.

• “Monogatari”: Tipo de narración (historia) épica o de aventura.

Con esto en mente, se podría traducir el título a algo como “Historia del fantasma” o “Las aventuras del monstruo”. Por eso a mí no me llamó mucho la atención… no suena como algo muy innovador que digamos. Después de algún tiempo, no recuerdo qué estaba haciendo, pero me encontré con algunos screenshots de la serie, y esto fue lo que me llamó a verla: el estilo gráfico utilizado.

Este anime es bastante distinto a los comunes gráficamente hablando. En un inicio, me recordó a los últimos capítulos de Evangelion: cuadros estáticos, palabras que salen llenando toda la pantalla, fotografías para expresar ideas, etc. Pero Bakemonogatari no se conforma simplemente con esto, utiliza una paleta de colores muy especial que al combinarla con un tipo de dibujo que parece bastante técnico logra una sensación muy distinta a la de un “anime clásico”. Por lo menos, a mí como arquitecto, me pareció genial. Crear un entorno basado simplemente en elevaciones utilizando capas de profundidad me parece algo destacable.

Cada uno de los cuadros de animación de Bakemonogatari tranquilamente podría ser un wallpaper. Se nota una dedicación especial para mantener la calidad gráfica. Además, esto resulta necesario por el tipo de animación utilizado. Como mencioné antes, hay muchos cuadros estáticos, así que la animación no puede compararse con la del resto de los animes. Es cuando aparecen escenas de pelea, por ejemplo, que los animadores pueden lucirse. Especialmente para este tipo de anime, tener el acceso a una TV HD es genial, mejora la experiencia considerablemente.

Originalmente, planeaba hablar mucho más sobre la animación, fondos, espacios, colores y ese tipo de cosas, pero no los quiero aburrir con mi análisis gráfico-arquitectónico de la serie. Veamos la trama.

Bakemonogatari es un anime, que supongo que podría entrar dentro de la categoría harem, de quince episodios. Los primeros doce fueron transmitidos en la TV y los tres finales se transmitirán por internet (el capítulo trece ya ha sido transmitido). El número de episodios me parece adecuado, siempre hay que recordar que la cantidad de relleno que tiene una serie es directamente proporcional a su número de episodios. En otras palabras: Bakemonogatari no tiene capítulos de relleno por las puras.

La trama es bastante simple. Trataré de explicarla de modo que no se pierda la novedad cuando ustedes lo vean (o sea, sin spoilers). El personaje principal, Koyomi Araragi, es un estudiante con ciertas habilidades especiales que se dedica a ayudar a las personas que sufren de algún tipo de experiencia paranormal. Pero lo interesante es que todo es tomado de un modo muy “normal”, Araragi simplemente hace las cosas “porque se le da la gana”, no es que tenga la necesidad de hacerlo. Igualmente, para el resto del mundo, los eventos paranormales que suceden pasan desapercibidos. El anime fluye de un modo bastante casual y no se siente forzado en ningún momento.

Fuera de la premisa básica, Bakemonogatari se centra en la relación entre Koyomi Araragi y Hitagi Senjougahara, y luego en la relación de Araragi con el resto de los personajes. Esta característica es muy importante porque gran parte de los episodios son conversaciones entre los protagonistas, nada más. Simplemente hablan y eso es lo que permite que la historia se desarrolle.

Pero estas conversaciones no son nada aburridas, suelen estar llenas de sarcasmo, referencias a otros animes, intimidaciones y frases geniales que merecen mi aprecio. Este anime no tiene muchos personajes, pero cada uno está perfectamente definido y eso también es algo que celebro. Prefiero mil veces tener 10 buenos protagonistas a 150 personajes sin profundidad (si… te estoy mirando a ti Naruto). Y algo que no puedo dejar de mencionar es que a pesar de que varios de estos encajan perfectamente en su estereotipo: la tsundere, el vago, la chica de lentes, la loli, la atleta, etc. todos se sienten adecuados, no les encuentro ningún problema.

Para finalizar, la banda sonora es correcta. Las melodías empleadas van de acuerdo con las escenas, nada raro ahí. Lo que sí debe mencionarse son los múltiples openings y endings, eso me agarró por sorpresa, pero me encantó que en una serie tan corta se den el lujo de tener tantos. Realmente, no me considero un experto en audio ni nada por el estilo, pero creo que la banda sonora es lo más “común” en este anime, no sorprende, pero tampoco es de calidad inferior. Simplemente cumple con su función.

Bueno, ya le he echado muchas flores a Bakemonogatari. Es su elección si quieren verla o no. Como lo dije antes, es una serie muy extraña y distinta, pero yo la recomiendo ampliamente. Considero que este podría ser el mejor anime de este año. Es una serie que se atreve a ser diferente y eso merece mi apoyo. Ya quisiera poder ver más animes distintos e innovadores en vez de tener lo mismo cada temporada.