Coff - aparece en una bola de humo- coff. Buenas mis queridos cuatro lectores, ¿cómo están? Espero que muy, muy, bien. Lo sé, lo sé, lo es he dejado abandonados... ¿acaso ésta insulsa no ha ido al cine? Sí, sí he ido al cine, sólo que no había escrito nada; me pondré al corriente con la lista de películas ya vistas para hacer la reseña, ¡ja!
Al fin pude ver la aclamada película del director académico Darren Aronofsky, espere ocho mugres meses (no estoy sacando mi lado hipster, ¡lo juro!) para verla en la pantalla grande y valió muchísimo la pena, la espera, la frustración, y demás sentimientos.
La historia esta centrada en una bailarina de ballet llamada Nina Sayers quiere protagonizar la nueva obra que presentará la compañía dónde trabaja, la obra es: El Lago de los Cisnes. ¿Qué será diferente en esta puesta en escena? ¡Claro! Esta vez el cisne negro y el cisne blanco será representado por la misma bailarina.
Es ahí cuando la obsesión de Nina (que es excelente para representar el Cisne Blanco) por ser la perfecta Cisne Negro empieza. Ella misma cambia. Lily (Mila Kunis), una compañera de la compañía, es uno de los motores de su cambio. La bailarina empieza a revelarse contra su madre sobre-protectora. Por ser la bailarina prima, su debut como protagonista, y como la presión y la obsesión, como siempre... te arrastran a la locura.
Un ritmo narrativo rápido, muy a lo japonés, en este caso. Inclusive el director ha aceptado que hay cierta similitud en el filme Perfect Blue y Black Swan, remarco, similitud, para él no fue una inspiración. Aunque tengo entendido que Aronofsky es aficionado de los trabajos de Satoshi Kon. También es una película con muchas influencias del director Roman Polanski, desde el guión hasta cinematográficamente hablando.
La película te mantiene al pendiente, sufres con Nina, te preguntas con Nina cuál es la realidad, todo parece un sueño, la cámara siempre esta en torno a ella (el 80% del filme es la cara de Natalie Portman). Entonces ves lo que la bailarina ve, siente, piensa, el filme siempre es en torno a ella, muy bien logrado. Sí ejerces algún tipo de arte comprendes a la protagonista, la obsesión de ser perfecta, de ser única, ser maravillosa. Este narcisismo que nace en tu ser, esta autoexploración para hacer un papel, para bailar en una escenario, y al final llegas hasta sentir una repulsión hacía ti misma.
La banda sonora, le da un peso dramático impresionante al filme, la composición, trabajo de Clint Mansell (no es la primera vez que trabaja con el director), muestra su habilidad para este tipo de género. El estrés que se evoca por el uso de ciertos instrumentos en algunas escenas claves. También es de merito mencionar la adaptación de la música original del ballet , compuesta, ¡por supuesto!, ni más ni menos que por el mismísimo compositor clásico Tchaikovsky, no ha de ser trabajo fácil.
Darren Aronofsky esta logrando una madurez notable en sus filmes. Tiene ideas más concretas, y, por supuesto, sabe que demonios quiere en la película. Aunque faltó un poco más de peso dramático por parte de la madre (Barbara Hershey) y el profesor, director de la compañía Thomas Leroy (Vincent Cassel). Black Swan, un thriller psicológico que nos narra la historia de como una bailarina y su obsesión la arrastran a la locura; con un final, me atrevería a decir, anti-climático. Sé que no fue ganadora en los premios de la Academia como Mejor Director o Película, pero Natalie Portman se llevo la estatuilla como mejor actriz.
Hasta luego mis queridos cuatro lectores, espero leerlos pronto.
Próxima reseña: Rango
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-Desaparece en una bola de humo-.
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