Aunque sé que es muy probable que me regañen por esta entrada me arriesgaré. He aquí las opiniones personales de alguien que después de ver una serie se odia a si mismo.
Jamás en mi vida, desde que conozco el animé japonés, había visto una serie catalogada como Shojo, o al menos no tan “fuerte” como la que acabo de ver. Cautivado por la esencia Yuri de la serie, Strawberry Panic me demostró, y me comprobó, que las apariencias engañan, y feo.
Resulta y pasa (como decía mi abuelo) que me encuentro con una extraña mezcla de sentimientos, por un lado estoy contento por como acabo la serie, por otro lado estoy furioso por como acabo la serie y por otro lado estoy enojado (aquí usaría una palabra más fuerte pero el respeto a todos ustedes me lo impide) conmigo mismo por lo que sentí al ver los 26 capítulos, especialmente los últimos 9.
Seré honesto con ustedes, desde el año 98 (más o menos) en que conocí Evangelion y a la cultura animé japonesa jamás una serie me había hecho llorar, no fue sino hasta este año que Elfen Lied lo logró, y anoche lo hizo Strawberry Panic. Las razones son diferentes para cada serie, con Elfen Lied la historia de Lucy y su relación con Touma y su decisión final fue la causa; con Strawberry Panic la causa fue la cantidad de niñas llorando.
Entonces, como dije arriba, cautivado por el Yuri, algunos comentarios de Kiren-san, algunos reviews que leí por ahí y alguna que otra cosa, me dispuse a verme los 26 capítulos que componen esta producción; al inicio fue “normal”, shojo de carácter suave, algo de comedia, situaciones vergonzosas para algunos personajes y situaciones bastante comprometedoras, auguraban un buen desarrollo y un apropiado final, durante los primeros 15 episodios no llegue a sospechar el desenlace que se dio.
A partir del capitulo 18 dejamos de ver una mini-serie para comenzar a ver una “novela” que tiene de todo, intriga, emoción, suspenso, y lo más importante: amor. Dos parejas definidas, un odio que se convierte en amor pero que nunca se expresa, dos amores no correspondidos y eso sin contar todas las encaprichadas que montaron ahí como para rellenar y darle protagonismo a ciertos personajes.
Las lagrimas fueron el pan de cada día no hubo episodio en el que no llorara al menos una niña, no paso episodio en el que Nagisa no llorara, así mismo, no nos salvamos de ver un episodio en el que Nagisa creyera que Shizuma la odiaba. Y por supuesto, no falto episodio en el que Tamao-chan anhelara el amor de Nagisa. Ahhh me acorde de las novelas mexicanas famosas en mi país (sin animo de ofender). Las del coro cantaron 4 veces en lo corrido de la serie y solo cantaron una canción, la misma, una y otra vez; Shizuma y Nagisa tocaron la misma canción en el piano tres veces; lo anterior me parece completamente ilógico pues me conseguí los OST y son 5 álbumes, entonces uno se pregunta ¿por qué las mismas canciones una y otra vez?
No puede faltar mi aporte Chibi!!
Como ando en modo “opinión” y no en modo “review” diré que la serie ni me gusto ni me disgusto, esta “ahí”, pasable, como quien dice, véala como para que conozca y ya.
En un comentario en mi entrega anterior me preguntaron si mi próximo review sería sobre Strawberry Panic, pues velo aquí (aunque no era mi intensión), eso sí, pueden esperar algo más detallado pronto.
Sobre mi próxima entrega, estoy preparando un Review que incluye Manga y Animé, aunque estoy algo bloqueado pues cada vez que comienzo a escribir sobre los personajes termino borrándolo pues no me gusta como queda, y ya llevo así dos días, espero tenerlo pronto.
Y pues (mala muletilla) no siendo más por hoy, me despido. Saludos y disculpen mis desvaríos.
Respuestas a "Strawberry Panic, una “corta” opinión"